Las ventajas de mejorar la calificación energética de nuestra vivienda y qué hacer para conseguirlo
La mejora de la eficiencia energética de nuestra vivienda es uno de los aspectos que no debemos dejar de lado a la hora de hacer una reforma o rehabilitación, ya que haremos que nuestro hogar sea mucho más confortable, tanto en invierno como en verano, contribuiremos a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, y estaremos realizando una inversión que en el medio-largo plazo puede resultarnos muy rentable.
Es cierto que cuanto mayor sea la mejora, más se encarecerá nuestra reforma, pero visto desde un punto de vista puramente económico, el ahorro de energía que conseguimos hará que amorticemos nuestra inversión en unos pocos años. De hecho, la diferencia entre alimentar energéticamente una vivienda de unos 70m2 con calificación G (la menor) y una con calificación A (la más alta) puede llegar a superar, en función de la localización de la misma, los 1.000 euros anuales, lo que demuestra que esta inversión puede acabar siendo muy rentable.
Además, también tenemos que tener en cuenta que la necesidad de modernizar el parque de viviendas de nuestro país para fomentar el ahorro energético y reducir la emisiones de gases a la atmósfera - los edificios son responsables del 46% de las mismas – ha llevado a que se habiliten diferentes líneas de ayudas y subvenciones destinadas a fomentar este tipo de obras, por lo que es posible que finalmente nuestra inversión no resulte tan costosa como podía parecer a primera vista.
Por último, cabe señalar una última ventaja, ya que a partir del próximo año, los ayuntamientos podrán ofrecer interesantes beneficios en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) a los propietarios cuyas viviendas sean más eficientes.